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La guerra no se justifica

19 mar 2003
“Aunque Bagdad no se haya desarmado todavía, no se justifica la guerra” dijo el premio Nobel de la Paz Dr. Oscar Arias Sánchez en la lección inaugural del Doctorado en Gobierno y Políticas Públicas y de la Escuela de Administración Públic,a el pasado 13 de marzo ante un numeroso público de universitarios en el auditorio de la Facultad de Ciencias Económicas.

Añadió el Expresidente de la República que desea que Estados Unidos pueda resolver su confrontación con Iraq sin que haya derramamiento de sangre, porque dicha guerra puede provocar la caída de Saddam Hussein, pero también tendría como resultado millares de víctimas civiles.

En la conferencia del Dr. Arias titulada “Paz y seguridad en el contexto político internacional del siglo XXI” reconoció que aunque el Gobierno de Estados Unidos ha tratado de encontrar soluciones frente a las amenazas del terrorismo y del fundamentalismo de Iraq y Corea del Norte, no ha usado su liderazgo para resolver el conflicto entre palestinos e israelíes.

Agregó que tanto el primer ministro Sharón como Yasser Arafat deben entender que la seguridad no puede ser una condición para la paz, sino que la paz es una condición para la seguridad.

Considera además que aunque la maldad del régimen iraquí es obvia, sería prudente que Washington actuara en forma multilateral, con el respaldo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y que reconociera que la principal preocupación de la comunidad internacional en esa región debe ser poner fin al conflicto entre palestinos e israelíes.

El gasto que provocaría una guerra contra Iraq, dijo Arias, está calculado en 200 millones de dólares. No obstante, el mundo está en crisis no solo por lo inminente de este conflicto armado, también porque casi 1,500 millones de personas no tienen acceso agua potable y 1,000 millones habitan en viviendas miserables .

El premio Nobel propuso como medida de lucha contra el terrorismo el ejercicio de la Corte Penal Internacional, la cual llegó a existir sin la ratificación de los Estados Unidos. También considera conveniente poner límite al tráfico internacional de armas que asciende hasta los 35 mil millones de dólares anuales.

Asimismo las naciones pobres y pequeñas deben ejercer el liderazgo en la lucha por la paz, la justicia y la seguridad variando sus prioridades y dejando de comprar armamento y destinar estos recursos a la salud, alimentación, vivienda y educación de sus pueblos.
 
Elizabeth Rojas Arias
Periodista Oficina de Divulgación e Información
elizabelitfth.rojas  @ucrjbul.ac.cr

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