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Estudiantes de Odontología devuelven sonrisas a más de 40.000 personas en vulnerabilidad social

Aporte UCR supera los ¢76 millones mensuales a la salud bucodental del país
23 ene 2018Salud

Los 18 programas se sostienen a partir de convenios, campos clínicos en la Caja y donaciones que empresas han realizado a comunidades para la adquisición de móviles odontológicas. Foto: Jenniffer Jiménez.

Adriana Miranda Salazar inició el curso de Externado Clínico en agosto del 2017 en el Hospital Nacional Psiquiátrico. Su primera tarea consistió en levantarse a las 4:30 a.m. para llegar a este centro médico y atender a casi 30 pacientes diarios. Pero ese viaje solo sería el primero de otras tres visitas a lugares que albergan personas en vulnerabilidad social, a quienes por diversas situaciones económicas o de salud, se les dificulta el acceso a una atención bucodental temprana.

La historia de Adriana ejemplifica la experiencia de otros 361 jóvenes de la carrera de Odontología de la Universidad de Costa Rica (UCR), los cuales en los últimos seis años han logrado atender a casi 320 pacientes mensualmente en cada zona de impacto. En total son 16 regiones beneficiadas, en donde por año lectivo, un aproximado de 40.960 personas logran obtener procedimientos clínicos de alta calidad que van desde prótesis dentales hasta cirugías y ortodoncia con un costo nulo o muy bajo.

Si este aporte se traduce en términos financieros, se calcula que la UCR cada mes dona al país más de ¢76 millones con base en las tarifas del Colegio de Cirujanos Dentistas de Costa Rica.

Esta labor de los estudiantes se enmarca dentro del curso de Externado Clínico, una materia que deben llevar todos los que cursan el sexto año y que pronto se convertirán en profesionales. Mediante esta forma de aprendizaje, los alumnos terminan de poner en práctica sus conocimientos clínicos en pacientes reales, siempre bajo la supervisión docente, y al mismo tiempo ayudan a personas, a quienes de otra forma se les imposibilitaría adquirir servicios orales especializados.

De acuerdo con la Dra. Sonia Stradi Granados, coordinadora del curso, los estudiantes colaboran 30 horas por semana, tiempo en el que logran mejorar sus procesos de diagnóstico, aumentar la velocidad de atención y usar los materiales disponibles de la manera más efectiva para proporcionar un tratamiento de alta calidad.

“La UCR brinda un total de 16 programas en funcionamiento. Ocho programas son comunitarios ubicados en escuelas, en recintos y en sedes de la UCR. Los otros ocho son especiales y se ubican en centros de bienestar social, hospitales y hogares de ancianos. El beneficio para los alumnos y las comunidades es inigualable, porque no solo se brinda atención, sino también prevención de la salud e investigación en casos complejos”, indicó.

Las comunidades intervenidas reciben atención todo el año. La Dra. Stradi explicó que la contraparte del externado clínico es el internado, que se realiza dentro de las instalaciones en la sede Rodrigo Facio, de tal manera que al llegar al segundo semestre los estudiantes se turnan. Es decir, quienes realizaron el internado pasarán al externado y viceversa.

Sitios en los que se ofrece el servicio

Crecimiento humano

El curso requiere alto grado de compromiso de cada estudiante para aprobarse con éxito y, en algunos casos, que los alumnos se trasladen a vivir a zonas lejanas. Aunque es demandante, Estíbalíz Coto Padilla describió el externado como una oportunidad gratificante de enriquecimiento personal y profesional único, que mezcla la ciencia con el carisma y la empatía.

“Yo realicé el internado en el Recinto de Paraíso, en el Hogar Carlos María Ulloa y en el Hospital Nacional Psiquiátrico. En este último debía levantarme a las 3:30 a.m. para tomar el bus a San José a las 4:30 a.m. y fue una de las experiencias que más me marcó. Habían momentos muy impactantes e historias de pacientes muy tristes que es necesario tomar en cuenta. Eso es parte de la formación que uno debe tener y que no se va a encontrar en la U, sino en la calle. Tratar a diferentes poblaciones te acerca más a la realidad y a uno como estudiante le satisface brindar esa ayuda”, afirmó.

Los estudiantes del Externado del Recinto de Grecia viajaron siete horas para llegar hasta San Vito de Coto Brus, con el propósito de ayudar a la población indígena Ngöbe como parte de un Campo de Trabajo Odontológico. Foto: Jenniffer Jiménez.

 

Durante la práctica, el estudiante se integra a un programa comunitario y dos especiales. El comunitario es por un período de dos meses y los especiales un mes cada uno. Como las necesidades de cada zona son particulares, en ese tiempo los alumnos se enfrentan ante escenarios que contraponen el ideal recomendado en la Odontología, contra lo verdaderamente funcional para el paciente según su problema y condiciones de vida.

El futuro profesional debe saber cómo resolver esa situación con una técnica que verdaderamente asegure la salud del paciente. El ideal me puede decir que el individuo requiere un implante, pero eso implica darle continuidad. Entonces, por ejemplo, si la persona es un inmigrante y está de paso, ¿qué continuidad se le puede dar? Por lo tanto, aplicar ese procedimiento no es responsable ni ético, porque no se podrá dar el respectivo seguimiento. Es ahí cuando se enfrenta el ideal y lo real, el cual nunca debe dejar de lado la excelencia en el tratamiento que al final se proporciona”, señaló la Dra. Stradi.

A los estudiantes se les capacita en el área de tecnología, tanto de punta como en otras más básicas, para que brinden un tratamiento eficaz con los recursos disponibles. De igual forma, colaboran de la mano con otros especialistas, como terapeutas del lenguaje y terapeutas físicos, que terminan por potenciar las habilidades del futuro odontólogo. Herramientas que posteriormente serán decisivas en el ejercicio profesional.

Docentes son claves

Los estudiantes interactúan con varias poblaciones. Entre ellos, pacientes con discapacidad, adultos mayores, jóvenes, adultos, así como niños y niñas. El volumen de pacientes que atienden va de 3 a 30 diarios, una cantidad que varía según la complejidad médica.

Es en ese momento cuando la presencia docente es clave. Los especialistas otorgan no solo una colaboración de liderazgo, sino también de coordinación y gestión de los recursos. Actualmente, hay cerca de 50 profesores que imparten el curso y, al igual que los futuros odontólogos, ellos se encargan de fortalecer la salud de los habitantes de la zona que les corresponde supervisar.

“Sin la colaboración docente el Externado Clínico no sería lo que ha alcanzado hoy, un curso que entrelaza los tres pilares de la UCR. Cada uno de ellos y ellas hace su labor con gran amor a su profesión, a la docencia y al trabajo con las comunidades. Son emprendedores e incansables”, describió la Dra. Stradi.

Los primeros pasos que dieron vida al curso del Externado Clínico datan de 1940. Desde entonces, la UCR se ha preocupado por mejorar la salud de la población, siempre bajo un compromiso social y académico sólido que se seguirá manteniendo al servicio de Costa Rica.

Para más información puede llamar a la Facultad de Odontología de la UCR al 2511-8080. 

Jenniffer Jiménez Córdoba
Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista Oficina de Divulgación e Información
jenniffer.jidibkmenezcordoba  @ucrheea.ac.cr

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